Las bombillas llevan un número seguido de "K" que indica la temperatura del color.
K significa Kelvin, una unidad absoluta de temperatura en el sistema internacional. Ten en cuenta que, como este valor es absoluto, se escribe 273K y no 273°K.
Cualquier cuerpo calentado emite radiación electromagnética (luz), aunque no sea necesariamente visible para el ojo humano.
El Kelvin funciona de la misma manera que el Celsius: a mayor temperatura, mayor valor.
En el caso de las bombillas, ocurre lo contrario: se dice que una bombilla de 1800K (~1527°C) emite luz "caliente", mientras que una de 5000K (~4727°C) emite luz "fría". Lo que demuestra que no hay que dejar las cosas serias en manos del marketing.
Cuanto mayor es la temperatura, mayor es la energía de la radiación, según la ley de Boltzmanni de 1879.
Las energías bajas son las de los colores infrarrojo y rojo, y las energías altas son las de los colores azul y ultravioleta.